El fraude electrónico y el fraude postal son delitos similares con penas similares. Sin embargo, existen algunas distinciones entre ambos que cambian la forma en que la ley los considera.
¿Cuáles son estas distinciones y en qué medida influyen en las posibles sanciones a las que puede enfrentarse una persona?
El Departamento de Justicia de Estados Unidos define el fraude electrónicojunto con el fraude postal. Ambas son actividades que pretenden estafar a una persona o despojarla de sus bienes, propiedades, dinero o acceso a servicios honestos.
Los medios de estos esquemas de fraude pueden variar de una situación a otra. Lo fundamental es que una persona lleve a cabo el plan con la intención específica de cometer los actos mencionados.
Para ello, la principal diferencia entre ambos es la forma en que una persona los lleva a cabo. Con el fraude postal, una persona utiliza el Servicio Postal de los Estados Unidos como forma de llevar a cabo su fraude. Esto puede incluir cartas, buzones, tarjetas postales, revistas enviadas por correo, etc.
En cuanto al fraude electrónico, utiliza sistemas de cables o electrónicos para llevar a cabo actividades fraudulentas. Puede ser por teléfono, fax, correo electrónico, tablones de anuncios, mensajes de texto, etc.
Los dos tipos de fraude conllevan penas similares. Por ejemplo, las personas condenadas por fraude electrónico se enfrentan a penas de hasta 20 años de prisión y una multa de $250.000. Las personas condenadas por fraude postal se enfrentan a penas similares.
Existen dos subconjuntos de fraude postal y fraude electrónico que pueden dar lugar a una multa de hasta $1 millones, también. Esto también viene con una posibilidad de 30 años de prisión. Por lo tanto, ambos delitos tienen un precio muy alto.
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