El fraude postal y el fraude electrónico tienen muchas similitudes. Por ello, algunas personas los confunden, aunque se trata de dos delitos distintos con penas diferentes.
En el pasado, el fraude postal era con diferencia una de las formas de fraude más importantes y extendidas. Sin embargo, en la actualidad, el fraude electrónico ha empezado a superar rápidamente al fraude postal en términos de uso.
El Departamento de Justicia analiza elementos del fraude electrónico. En general, cualquier acto de fraude implica intentar despojar a una persona de sus bienes, dinero o acceso a servicios honestos. En resumen, se trata de estafar a alguien sin concederle lo que supuestamente ha pagado.
El fraude postal consiste en utilizar el sistema postal estadounidense para llevar a cabo estafas. Esto puede incluir cosas como cartas, revistas, tarjetas postales y paquetes. Si ha oído hablar antes del término "correo fraudulento", tiene su origen en el fraude postal.
El fraude electrónico implica el uso de cualquier sistema electrónico para llevar a cabo estas estafas. Puede tratarse de buscapersonas, faxes, correos electrónicos, teléfonos, sistemas de mensajería instantánea, tablones de anuncios, etc.
En la actual era digital, no es de extrañar que los casos de fraude electrónico hayan seguido disparándose. Por otro lado, el fraude postal ha disminuido. Los expertos creen que esto puede deberse al aumento de los precios del franqueo sin garantía de retorno del esquema de fraude.
Por otra parte, no cuesta nada que alguien intente estafar a muchas personas en masa a través del correo electrónico o el spam. Además, la llegada de los virus de spam y otras herramientas hace que sea increíblemente fácil dirigirse a cantidades masivas de personas a la vez. Por eso su número no ha dejado de aumentar en los últimos años.
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