La delincuencia de cuello blanco es un término genérico para una variedad de delitos penales cometidos normalmente por propietarios de empresas y otras personas en posiciones de autoridad financiera. La fuerza física, las amenazas y la violencia no desempeñan ningún papel en este tipo de delitos.
El Transactional Records Access Clearinghouse señala que los casos de estos delitos cayó en 2018 y que las cifras de enjuiciamientos también siguen bajando.
Hay varias agencias gubernamentales diferentes que investigan las actividades sospechosas de delitos de cuello blanco porque su alcance es tan amplio que penetra en más de una zona federal. El número de organismos de investigación es tan numeroso como tipos de delitos de cuello blanco e incluye:
Los organismos de inmigración y servicios humanos también pueden ayudar a denunciar e investigar delitos de cuello blanco.
El fraude es uno de los delitos de cuello blanco más comunes, y este cargo tuvo una tendencia alta en el año fiscal de 2018. El tipo de fraude más común ese año fue el fraude por radio, televisión y cable. Este también fue el tipo de delito de cuello blanco mejor clasificado en 2017, probablemente debido a su capacidad para llegar a un elevado número de consumidores.
Los casos de usurpación de identidad siguen aumentando, con casi 200 casos presentados en 2018. Se trata del quinto tipo de delito de cuello blanco más común, ya que internet y las transacciones digitales pueden simplificar su comisión.
Los casos de delitos de cuello blanco en Estados Unidos están en mínimos históricos, y los datos indican que la tendencia puede continuar.
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