Aunque todas las personas luchan contra la ira y los estados de ánimo negativos, es posible que tenga más dificultades para hacer frente a la frustración si se enfrenta a cargos de violencia doméstica. Cuando se enfrenta a cargos penales, su voluntad de cambiar podría marcar la diferencia.
Según U.S. News, hay que comprometerse a superar sus estados de ánimo.
Antes de poder afrontar tu ira, tienes que ser capaz de reconocerla. Analiza por qué te sientes así. No debes reprimir tus sentimientos porque la represión puede conducir a hábitos nocivos, dolor físico o soledad. Pregúntate por qué te sientes enfadado y qué cambios podrías hacer para calmar tu estado de ánimo. Cuando conozcas tu patrón de ira, podrás frenarla en seco.
Las prácticas de atención plena pueden ayudarle a conseguir un comportamiento más tranquilo. Algunas técnicas tranquilizadoras son la meditación y el yoga. Si puedes dedicar un rato de tu día a reflexionar sobre ti mismo, es posible que te encuentres en un estado más relajado. La autorreflexión te permite hacer frente a tus emociones en lugar de obsesionarte con los aspectos negativos que pueden alimentar tu ira.
En lugar de dirigir tu ira contra un miembro de tu hogar, sal de casa y haz ejercicio. Cuando tu sangre bombea, produces dopamina, serotonina y endorfinas. Estas son tus sustancias químicas de la felicidad y reducen el estrés. Incluso si sólo realizas breves sesiones de ejercicio intenso, puedes ponerte en una actitud más positiva.
Cuando la ira le pone en riesgo de causar daño a otra persona, es posible que desee buscar ayuda de un profesional de la salud mental. No debes experimentar mal humor que dure semanas o que interfiera en tus relaciones.
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